Otra mirada
Alguien me intentó explicar que es la observación, lo entendí desde el primer momento:
Abre los ojos o estarás perdido
Tan sólo somos una gota de agua en el océano, un grano de arena en el desierto, una estrella en el firmamento. Todo se mueve, crece, evoluciona, no podemos estar parados, tenemos que estar atentos, despiertos, rápidos, hábiles, oportunos. Hay que abrir bien los ojos, mil peligros nos acechan, mil oportunidades nos rodean. Debemos mirar, observar, reflexionar, cambiar con los cambios, abrir bien la mente para no quedarnos atrás, ver más allá, ver lo que otros no ven, creer en lo que otros no creen, arriesgar y perder, sobreponerse, volver a arriesgar y ganar. Hay que ir por delante de todo y de todos. En la observación está la respuesta a multitud de preguntas. Hay que profundizar, buscar, analizar, contemplar, adaptarse a lo que vemos, prepararse para lo que no vemos pero sabemos que llegará.
Abre los ojos y verás más allá
La rutina mata, mata lentamente. Lo repetitivo, lo idéntico, lo homogéneo hace daño. Lo que es igual no es distinto, hoy lo que no es distinto no existe. De lo cotidiano podemos hacer algo novedoso, sólo tenemos que cambiarlo, modificarlo. Para conseguir algo nuevo hay que abrir los ojos, hay que mirar de forma especial. No está todo inventado, hay mucho por crear. Al abrir los ojos vemos mucho más, vemos lo que muchos otros no pueden ver. Es el don especial de mirar, de resolver problemas con la herramienta de la observación. Estamos inmersos en un mundo de rutina, las cosas vienen impuestas sin más, el conformismo y lo estático rigen el día a día. No es fácil pero es posible cambiarlo, sólo hay que abrir bien los ojos, ver con otra mirada. Una mirada móvil, dinámica, profunda, cauta y penetrante que permita ver lo que nadie ve.
Abre los ojos o estarás perdido
Tan sólo somos una gota de agua en el océano, un grano de arena en el desierto, una estrella en el firmamento. Todo se mueve, crece, evoluciona, no podemos estar parados, tenemos que estar atentos, despiertos, rápidos, hábiles, oportunos. Hay que abrir bien los ojos, mil peligros nos acechan, mil oportunidades nos rodean. Debemos mirar, observar, reflexionar, cambiar con los cambios, abrir bien la mente para no quedarnos atrás, ver más allá, ver lo que otros no ven, creer en lo que otros no creen, arriesgar y perder, sobreponerse, volver a arriesgar y ganar. Hay que ir por delante de todo y de todos. En la observación está la respuesta a multitud de preguntas. Hay que profundizar, buscar, analizar, contemplar, adaptarse a lo que vemos, prepararse para lo que no vemos pero sabemos que llegará.
Abre los ojos y verás más allá
La rutina mata, mata lentamente. Lo repetitivo, lo idéntico, lo homogéneo hace daño. Lo que es igual no es distinto, hoy lo que no es distinto no existe. De lo cotidiano podemos hacer algo novedoso, sólo tenemos que cambiarlo, modificarlo. Para conseguir algo nuevo hay que abrir los ojos, hay que mirar de forma especial. No está todo inventado, hay mucho por crear. Al abrir los ojos vemos mucho más, vemos lo que muchos otros no pueden ver. Es el don especial de mirar, de resolver problemas con la herramienta de la observación. Estamos inmersos en un mundo de rutina, las cosas vienen impuestas sin más, el conformismo y lo estático rigen el día a día. No es fácil pero es posible cambiarlo, sólo hay que abrir bien los ojos, ver con otra mirada. Una mirada móvil, dinámica, profunda, cauta y penetrante que permita ver lo que nadie ve.