Radiografía sevillana

Sí olía a azahar y la magia de la capital hispalense sigue intacta. Desde la última vez que estuve allí, poco ha cambiado. A pesar de las innumerables obras que se están realizando en la ciudad y que parece que tienen como único objetivo truncar la tranquilidad e incomodar a los turistas, Sevilla, sigue teniendo...
Sigue teniendo tortitas de camarón, adobo, pringá, queso, jamón, botellines de cerveza “más fríos que el pexo una rana”... y una noche que no invita a irse a dormir al hotel para estar fresco (como el botellín) en la primera conferencia del día.
He aprendido mucho a nivel “laboral”, cultural, gastronómico, personal y podría seguir y seguir. También me ha dado tiempo a comprobar como es el ambiente pre- semana santa, a apoyar, aunque sea con mi firma, a los trabajadores de Delphi y a ver a “viejos” amigos que me prometieron una barbacoa a la orilla del mar y a los que les falla la orientación.

